Morelos, conocido por su clima primaveral eterno y sus exuberantes paisajes, esconde entre sus valles y montañas un tesoro invaluable: la Ruta de los Conventos. Este circuito, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es mucho más que un simple conjunto de edificaciones antiguas; es un portal al siglo XVI, a la época de la evangelización en la Nueva España, donde la espiritualidad y la creatividad humana se fusionaron para dejar un legado monumental.


Para nosotros, los amantes del turismo en Morelos, esta ruta representa una oportunidad única de sumergirnos en la profundidad del pasado, de sentir la vibración de siglos de devoción y de asombrarnos ante la grandiosidad de la ingeniería y el arte de los frailes mendicantes. Franciscos, Dominicos y Agustinos dejaron su huella indeleble en estas tierras, construyendo fortalezas espirituales que hoy nos invitan a la reflexión, al asombro y a la conexión con nuestras raíces.


El turismo religioso en Morelos no es solo para creyentes; es para cualquiera que aprecie la historia, la arquitectura, el arte sacro y la oportunidad de vivir experiencias auténticas. Cada convento de esta ruta tiene una historia que contar, una atmósfera única que ofrecer y un sinfín de detalles que descubrir. Desde los imponentes muros que sirvieron de defensa, hasta los delicados frescos que narran pasajes bíblicos, cada elemento es un testimonio de una era de profunda transformación cultural y espiritual.

En esta entrada de blog, como tu experto en turismo de Morelos, te llevaré de la mano por este fascinante sendero. Nos adentraremos en la tradición histórica de cada convento, exploraremos el contexto que les dio origen, descubriremos lo que ofrecen hoy en día al turismo y desentrañaremos por qué son tan especiales. Además, te proporcionaré las indicaciones precisas para llegar a cada uno desde Cuernavaca, la capital del estado, y te tentaré con la exquisita gastronomía local y las vibrantes actividades culturales que se desarrollan en sus alrededores.

 

 

Convento de la Natividad, Tepoztlán: Donde la Fe se Funde con la Magia Indígena

Tradición Histórica y Contexto: 

  • El Ex Convento de la Natividad, enclavado en el pintoresco pueblo mágico de Tepoztlán, es una de las joyas más reconocibles de la Ruta de los Conventos y, sin duda, uno de los más visitados. Su construcción, iniciada en 1555 por los frailes Dominicos, se erige sobre los cimientos de antiguas plataformas prehispánicas, simbolizando la compleja y a menudo conflictiva fusión de dos mundos: la cosmovisión indígena y la evangelización cristiana. Los dominicos, conocidos por su rigor intelectual y su celo evangelizador, llegaron a estas tierras con la misión de convertir a los tepoztecos al catolicismo, un desafío considerable dada la arraigada religiosidad de la cultura local, centrada en deidades como Ometochtli-Tepoztécatl, dios del pulque y la fertilidad.
 
  • El contexto histórico de su construcción es crucial para entender su grandeza y singularidad. Estamos hablando del siglo XVI, una época de gran inestabilidad y reconfiguración social tras la Conquista. Los conventos no eran solo lugares de culto; funcionaban como centros neurálgicos de la vida colonial. Eran fortalezas defensivas ante posibles sublevaciones indígenas (sus altos muros y almenas son testamento de ello), centros de enseñanza donde se alfabetizaba a la población y se enseñaban oficios, hospitales para los enfermos y, por supuesto, epicentros de la evangelización.
 
  • El Ex Convento de Tepoztlán destaca por su atrio inmenso, diseñado para congregar a grandes multitudes de indígenas para las misas al aire libre, y por su capilla abierta o “capilla de indios”, una característica arquitectónica innovadora de la época, que permitía oficiar la misa sin que los recién conversos tuvieran que entrar al recinto sagrado, aún ajenos a las costumbres católicas. Los frailes tuvieron la visión de incorporar elementos indígenas en la decoración del convento, permitiendo una cierta sincretismo que facilitó la aceptación del cristianismo. Un ejemplo notable es la portada del templo, donde se pueden apreciar elementos prehispánicos como serpientes emplumadas y motivos vegetales que se mezclan con símbolos cristianos.

 

 

Qué Ofrece Hoy en Día al Turismo y Por Qué es Tan Especial:

 

Hoy en día, el Ex Convento de la Natividad no solo es un monumento histórico; es un espacio vibrante que atrae a miles de visitantes cada año. Es un testimonio vivo del encuentro de culturas y de la resiliencia del espíritu humano.

 

 

  • Patrimonio de la Humanidad UNESCO: Su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad en 1994, junto con otros conventos de la ruta, subraya su valor universal excepcional. Esto garantiza su preservación y lo posiciona como un destino cultural de primer nivel.
  • Museo de la Natividad: El antiguo claustro del convento alberga el Museo de la Natividad, un espacio dedicado a la historia del convento, la vida de los dominicos, la evangelización y la cultura local. Exhibe objetos de arte sacro, vestimentas litúrgicas, documentos históricos y piezas arqueológicas encontradas en el sitio. Permite al visitante adentrarse en el día a día de los frailes y comprender mejor la dinámica social y religiosa de la época.
  • Arquitectura y Frescos: La arquitectura del convento es imponente y austera, característica de la orden dominica. Sin embargo, en su interior, se encuentran murales y frescos que narran pasajes bíblicos y la vida de los santos, muchos de ellos restaurados y que revelan la maestría artística de la época. La “capilla abierta” es un prodigio de diseño y una muestra de la adaptación de los frailes a las costumbres locales.
  • Vistas Panorámicas: Ubicado en una elevación, el convento ofrece vistas espectaculares del pueblo de Tepoztlán y de la imponente Sierra del Tepozteco, con el místico Cerro del Tepozteco y su pirámide en la cima. Es un lugar perfecto para la fotografía y para contemplar la belleza natural que rodea al pueblo.
  • Conexión con el Pueblo Mágico: El convento es el corazón de Tepoztlán, un Pueblo Mágico reconocido por su ambiente bohemio, sus leyendas, su mercado vibrante y su energía particular. La visita al convento se complementa perfectamente con la exploración de las calles empedradas, las tiendas de artesanías y los centros holísticos que caracterizan al pueblo.
  • Ambiente Espiritual: A pesar de ser un museo y un atractivo turístico, el convento conserva una atmósfera de paz y espiritualidad. Es un lugar ideal para la introspección y la conexión personal

 

Cómo Llegar Desde Cuernavaca: Llegar a Tepoztlán desde Cuernavaca es relativamente sencillo, lo que lo convierte en una excursión de un día perfecta.



  • En Automóvil Particular: La ruta más directa es tomar la autopista México-Cuernavaca (Autopista 95D) en dirección norte. Después de unos 20-30 minutos de trayecto, toma la desviación hacia Tepoztlán. La señalización es clara. El trayecto dura aproximadamente 30-40 minutos, dependiendo del tráfico. Al llegar a Tepoztlán, hay varios estacionamientos públicos cerca del centro.
  • En Transporte Público: Desde la Terminal de Autobuses de Cuernavaca (Estrella Blanca/Pullman de Morelos) o desde la Terminal de Autobuses de Tepoztlán en Cuernavaca (ubicada en la calle Galeana), puedes tomar un autobús colectivo o “combi” directo a Tepoztlán. Estos salen con mucha frecuencia (cada 15-20 minutos). El viaje en autobús dura aproximadamente 45-60 minutos. Una vez en Tepoztlán, el centro del pueblo y el convento están a poca distancia a pie de la terminal de autobuses.

Ex Convento de San Juan Bautista Yecapixtla

 

 

 

El Ex Convento de San Juan Bautista en Yecapixtla se alza majestuoso en la región oriente de Morelos, como un testimonio imponente del fervor evangelizador del siglo XVI. Su construcción, iniciada alrededor de 1535 por la orden de los frailes Dominicos, lo convierte en uno de los complejos conventuales más antiguos y significativos de la Ruta de los Conventos. Los Dominicos, conocidos por su rigurosa disciplina intelectual y su profundo compromiso con la enseñanza y la predicación, establecieron aquí un baluarte desde el cual irradiar la fe cristiana hacia las comunidades indígenas circundantes.

El contexto en el que se erigió el convento era complejo. Tras la Conquista, la región estaba en un proceso de reordenamiento social y religioso. Yecapixtla, estratégicamente ubicada en un punto de confluencia de caminos, se convirtió en un centro neurálgico para los frailes. La arquitectura fortificada del convento es una clara manifestación de esta época de transición y, a veces, de resistencia. Sus muros altos y robustos, sus almenas y la ausencia de grandes ventanales, evocan más la imagen de una fortaleza militar que de un simple templo religioso. Esto no solo respondía a una posible necesidad de defensa, sino también a la visión de los Dominicos de construir recintos sólidos y permanentes que representaran la estabilidad de la nueva fe frente a la cosmovisión prehispánica.

El convento no solo fue un lugar de culto; funcionó como una auténtica ciudadela autosuficiente. Contaba con huertos, talleres, enfermería, y celdas para los frailes, además de extensas áreas destinadas a la catequización masiva de los indígenas. La relación con la evangelización del oriente de Morelos es fundamental para comprender su importancia; desde Yecapixtla, los Dominicos extendieron su influencia, construyendo otras capillas y doctrinas en los pueblos vecinos. Este convento fue clave en la reconfiguración social y económica de la zona, marcando el paso de una estructura prehispánica a una colonial.


Que ofrece hoy en día al turismo y por qué es tan especial: 

 

Actualmente, el Ex Convento de San Juan Bautista de Yecapixtla es un sitio de profundo valor histórico, arquitectónico y cultural, que atrae a visitantes por diversas razones:


  • Arquitectura Imponente: Su torre campanario, sólida y majestuosa, es uno de sus elementos más distintivos, dominando el paisaje y sirviendo como punto de referencia. La austeridad y robustez de su construcción reflejan la disciplina dominica y su diseño pensado para resistir el paso del tiempo.
  • Atrio y Capilla Abierta: El inmenso atrio era fundamental para la congregación de las grandes masas de indígenas para las misas al aire libre, una práctica común en la evangelización del siglo XVI. La capilla abierta o “capilla de indios” adyacente permitía a los frailes oficiar la misa sin la necesidad de que los recién convertidos ingresaran al templo principal, facilitando su adaptación al nuevo rito.
  • Claustro Sereno: El claustro principal es un espacio de paz y contemplación. Sus galerías, a menudo adornadas con frescos (algunos de los cuales aún se conservan, aunque deteriorados), ofrecían un ambiente propicio para la meditación y el estudio de los frailes. Recorrerlo hoy permite imaginar la vida monástica de hace siglos.
  • Vestigios de Frescos: Aunque el paso del tiempo ha cobrado su precio, aún es posible admirar algunos frescos en el interior del templo y el claustro, que narran pasajes bíblicos o la vida de los santos, ofreciendo destellos del arte sacro de la época y la creatividad de los artistas indígenas que participaron en su elaboración.
 
  • Museo Comunitario: En algunas de sus dependencias, el convento alberga un pequeño museo o espacios de exhibición que muestran objetos litúrgicos, arte sacro y vestigios arqueológicos encontrados en la zona, enriqueciendo la visita con información sobre la historia local y la vida conventual.
 
  • Patrimonio UNESCO: Como parte de la Ruta de los Conventos, Yecapixtla es reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que subraya su importancia histórica y arquitectónica a nivel mundial y asegura su conservación para las futuras generaciones.
 
  • La Fama de la Cecina: La cercanía a este convento se complementa con la rica tradición gastronómica de Yecapixtla, conocida como la “Capital Mundial de la Cecina“. Esta es una de las razones principales por las que el convento es tan especial y atractivo para el turismo; la experiencia cultural y espiritual se marida a la perfección con la delicia culinaria.

 

 

Como llegar desde Cuernavaca 

 

Llegar a Yecapixtla desde Cuernavaca es un viaje relativamente fácil y ofrece paisajes variados a medida que uno se adentra en el oriente de Morelos.

 

 

  • En Automóvil Particular: La ruta más común y eficiente es tomar la Autopista México-Cuernavaca (95D) en dirección sur (hacia Acapulco) hasta llegar a la desviación hacia la Autopista La Pera – Cuautla (Libramiento de Cuernavaca). Una vez en esta autopista, continúa hasta la salida hacia Cuautla. Desde Cuautla, toma la carretera federal 160 que te llevará directamente a Yecapixtla. El viaje total desde Cuernavaca dura aproximadamente 1 hora a 1 hora y 15 minutos, dependiendo del tráfico. Hay estacionamientos disponibles en el centro de Yecapixtla.
 
  • En Transporte Público: Desde la Terminal de Autobuses de Cuernavaca (Terminal Estrella Blanca o Pullman de Morelos), puedes tomar un autobús directo a Cuautla. Los autobuses salen con mucha frecuencia (cada 15-20 minutos) y el viaje dura aproximadamente 45-60 minutos. Una vez en la terminal de Cuautla, puedes tomar un colectivo (“combi”) o un taxi local que te lleve directamente a Yecapixtla. El trayecto de Cuautla a Yecapixtla es de unos 15-20 minutos adicionales.

 

Gastronomia y actividades culturales relacionadas 

 

La visita al Ex Convento de San Juan Bautista en Yecapixtla se complementa a la perfección con una inmersión en la rica cultura y, sobre todo, en la excepcional gastronomía de la región:

 

  • La Famosa Cecina de Yecapixtla: No se puede visitar Yecapixtla sin probar su platillo insignia: la cecina. Este corte de carne de res, curado con sal y un proceso especial, se sirve tradicionalmente acompañada de crema, queso de rancho, aguacate y, por supuesto, tortillas hechas a mano. Encontrarás numerosos restaurantes y puestos en el mercado y en los alrededores del convento que ofrecen cecina fresca y deliciosa. Es una experiencia culinaria imperdible que ha dado a Yecapixtla fama nacional e internacional.
 
  • Festival de la Cecina: Si tu visita coincide con la tercera semana de octubre, tendrás la suerte de presenciar el Festival de la Cecina, un evento anual donde se celebra este platillo con música, baile, muestras gastronómicas y la venta de cecina en grandes cantidades. Es una fiesta vibrante que atrae a miles de visitantes y es una excelente oportunidad para vivir la cultura local.
 
  • Antojitos Morelenses: Además de la cecina, Yecapixtla ofrece una variedad de antojitos morelenses como los tlacoyos, sopes, quesadillas y, en ocasiones, mole verde o clemole, platillos tradicionales de la región.
 
  • Mercado Local: Explora el mercado tradicional de Yecapixtla, un hervidero de actividad donde, además de la cecina, puedes encontrar productos frescos de la región, dulces típicos, artesanías locales y el ambiente auténtico de un pueblo morelense.
 
  • Festividades Locales: Consulta el calendario de festividades locales. El 24 de junio se celebra la fiesta patronal de San Juan Bautista, con actividades religiosas, procesiones, bailes y verbenas populares. Estas festividades ofrecen una ventana única a las tradiciones y la devoción de la comunidad.
 
  • Rutas Campesinas: La cercanía a zonas rurales y agrícolas permite, a veces, la realización de rutas campesinas o agroturísticas, donde se puede aprender sobre los cultivos de la región y la vida en el campo.

Ex Convento de la Asunción Tetela del Volcán 

 

 

 

El Ex Convento de la Asunción en Tetela del Volcán se erige majestuoso en las faldas del imponente volcán Popocatépetl, a una altitud considerable que le confiere una vista privilegiada y una atmósfera única. Su construcción, iniciada a mediados del siglo XVI (aproximadamente entre 1550 y 1560) por la orden de los frailes Dominicos, lo posiciona como otro de los pilares fundamentales de la evangelización en la Nueva España y, por ende, de la Ruta de los Conventos. Los Dominicos, con su característica visión estratégica, buscaron establecer recintos en puntos clave para la consolidación de la fe, y Tetela, por su ubicación en una zona montañosa de gran riqueza natural y demográfica, representaba un enclave de vital importancia.

El contexto histórico de su edificación está marcado por la necesidad de consolidar el dominio español y la fe católica en regiones habitadas por comunidades indígenas aún fuertemente arraigadas a sus creencias ancestrales. La cercanía al Popocatépetl, un elemento sagrado y poderoso en la cosmovisión prehispánica, añadió una capa de simbolismo a la empresa evangelizadora. Los frailes no solo construyeron un templo; levantaron una verdadera arquitectura imponente que buscaba rivalizar con la grandeza de la naturaleza circundante y transmitir el poderío de la nueva religión. El convento, con sus muros robustos y almenados, comparte el estilo de fortaleza que caracteriza a otros conventos dominicos de la región, concebido no solo como un centro espiritual, sino también como un refugio y punto de control en una zona que podía ser volátil.

 

Más allá de su función religiosa, el convento de Tetela del Volcán operó como un centro de organización social y económica. Desde aquí, los frailes coordinaban la producción agrícola, la enseñanza de oficios y la administración de justicia, integrando a las comunidades indígenas en la nueva estructura colonial. La mano de obra indígena fue fundamental en su construcción, lo que se refleja en ciertos detalles artísticos y constructivos que evidencian una amalgama de técnicas y estilos, haciendo de este recinto un testimonio palpable del mestizaje cultural de la época.

 

Qué ofrece hoy endía al turismo y por qué es tan especial 

 

 

 

El Ex Convento de la Asunción en Tetela del Volcán es un destino que ofrece una experiencia singular para el visitante, combinando la riqueza histórica con un entorno natural espectacular:

 

  • Ubicación y Vistas al Volcán: Su principal atractivo y lo que lo hace tan especial es su ubicación privilegiada en las faldas del Popocatépetl. Desde sus atrios y muros, se pueden disfrutar de impresionantes vistas al volcán, especialmente en días claros, creando un contraste majestuoso entre la arquitectura colonial y la grandiosidad de la naturaleza. Esta vista es una experiencia visual inolvidable y una oportunidad única para la fotografía.

 

  • Arquitectura y Diseño: El convento mantiene la robustez y austeridad característica de los complejos dominicos del siglo XVI. Su claustro es un espacio sereno y bien conservado, ideal para la introspección y la admiración de sus arquerías y jardines. El templo es imponente, con una nave amplia que invita al recogimiento.

 

  • Riqueza de sus Frescos: El convento es famoso por la riqueza de sus frescos y murales, muchos de los cuales se han conservado admirablemente o han sido restaurados con esmero. Estas pinturas murales, que decoran el claustro y otras dependencias, narran pasajes bíblicos, la vida de santos o escenas de la orden dominica. Son un valioso testimonio del arte sacro novohispano y de la iconografía empleada para la evangelización. Algunos de ellos muestran detalles que sugieren la participación de artistas indígenas, aportando un toque sincrético.

 

  • Tranquilidad del Lugar: Lejos del bullicio de las grandes ciudades, Tetela del Volcán ofrece una tranquilidad inusual. El ambiente alrededor del convento es propicio para la relajación, la contemplación y la conexión con la historia y la naturaleza. Es un refugio para quienes buscan escapar del estrés y sumergirse en un entorno de paz.

 

  • Patrimonio UNESCO: Al igual que los otros conventos de la Ruta, el de Tetela del Volcán forma parte del conjunto de Monasterios del Siglo XVI en las Faldas del Popocatépetl, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1994, lo que garantiza su preservación y lo eleva a un estatus de importancia global.

 

  • Museo Comunitario: El convento alberga un pequeño museo comunitario que exhibe objetos arqueológicos, piezas de arte sacro, y utensilios de la vida cotidiana de la época colonial, ofreciendo una visión más completa de la historia del lugar y la vida de sus habitantes.

 

Cómo llegar desde Cuernavaca 

 

 

Llegar a Tetela del Volcán desde Cuernavaca implica un recorrido por carretera de montaña, que ofrece paisajes espectaculares, pero requiere un poco más de tiempo y atención en la conducción.

 

 

 

  • En Automóvil Particular: La ruta más directa es tomar la Autopista México-Cuernavaca (95D) en dirección norte. Después, toma la desviación hacia el Libramiento de Cuernavaca que te lleva hacia la salida a Cuautla. Una vez en el libramiento, busca la salida hacia Tepoztlán / Oaxtepec / Yecapixtla. Deberás tomar la carretera federal 113 que atraviesa Tepoztlán y Oaxtepec. Después de Oaxtepec, sigue las indicaciones hacia Tetela del Volcán. Esta carretera, aunque bien señalizada, tiene tramos con curvas y pendientes debido a la geografía montañosa. El tiempo de viaje es de aproximadamente 1 hora y 15 minutos a 1 hora y 30 minutos, dependiendo de las condiciones del tráfico y de la carretera. Hay estacionamientos disponibles en el centro del pueblo, cerca del convento.

 

  • En Transporte Público: Desde la Terminal de Autobuses de Cuernavaca (Terminal Estrella Blanca o Pullman de Morelos), puedes tomar un autobús directo a Oaxtepec. Una vez en Oaxtepec, deberás tomar un colectivo (“combi”) que se dirija hacia Tetela del Volcán. Los colectivos suelen salir con cierta regularidad durante el día. El tiempo total de viaje puede variar entre 1 hora y 45 minutos y 2 horas 15 minutos, incluyendo los tiempos de espera y trasbordo.

Ex convento de San Juan Bautista  Zacualpan de Amilpas.

 

 

El Ex Convento de San Juan Bautista en Zacualpan de Amilpas se alza en la región suroriental de Morelos, como un impresionante legado de la orden de los Agustinos. Su construcción, iniciada a mediados del siglo XVI (aproximadamente en 1535), lo convierte en uno de los primeros y más importantes establecimientos agustinos en la Nueva España. Los frailes Agustinos, reconocidos por su labor evangelizadora en zonas de difícil acceso y su profundo interés en la vida comunitaria y la educación, encontraron en Zacualpan un punto estratégico para su misión.

 

El contexto en el que se erigió este convento es fascinante y está íntimamente ligado a la importancia comercial de la región. Zacualpan de Amilpas no era un pueblo cualquiera; formaba parte de la antigua ruta de la plata que conectaba la Ciudad de México con los ricos yacimientos mineros de Taxco y Acapulco. Esta ubicación privilegiada significaba un constante flujo de mercancías, personas e ideas, lo que hizo de Zacualpan un centro vital para la evangelización y el control territorial. Los Agustinos, al establecer aquí su convento, no solo buscaban convertir a las poblaciones indígenas, sino también consolidar su presencia en un eje económico crucial para la colonia.

 

La arquitectura del convento refleja esta dualidad: por un lado, la imponente solidez característica de las construcciones defensivas del siglo XVI, necesarias en una época de constantes transformaciones y, a veces, de rebeliones indígenas. Por otro lado, la elegancia y la riqueza decorativa en algunos de sus elementos, que evidencian la importancia y el poderío de la orden agustina en esta región. El convento funcionó como un centro multifuncional, no solo de culto, sino también como escuela, hospital y albergue para los viajeros de la ruta. Su diseño, que incluye un extenso atrio, permitía congregar a grandes masas para las ceremonias religiosas, adaptándose a las prácticas evangelizadoras de la época.

Qué ofrece hoy en día al turismo y por qué es tan especial 

 

 

El Ex Convento de San Juan Bautista en Zacualpan de Amilpas es un tesoro arquitectónico e histórico que cautiva a los visitantes por su autenticidad y su conexión con el pasado:

 

 

 

  • Detalles Arquitectónicos Singulares: El convento destaca por sus detalles arquitectónicos que revelan la maestría constructiva del siglo XVI. Su fachada principal, a menudo sobria pero imponente, contrasta con elementos decorativos específicos como los relieves en piedra que narran historias religiosas o la presencia de gárgolas. El templo y el claustro exhiben bóvedas de crucería y arcos de medio punto, ejemplos de la ingeniería de la época.
 
  • Amplitud de su Atrio y Capilla Abierta: El inmenso atrio del convento es uno de los más grandes de la Ruta, diseñado para albergar a miles de fieles y funcionando como un espacio de transición entre el mundo exterior y el sagrado. La presencia de la capilla abierta o “capilla de indios” es fundamental, ya que permitía a los frailes oficiar la misa al aire libre para las grandes congregaciones indígenas, facilitando su evangelización y adaptación al rito cristiano.
 
  • Historia de su Tianguis y Mercado: Lo que hace a Zacualpan de Amilpas verdaderamente especial es su conexión con la tradición comercial. El convento fue el punto neurálgico de un vibrante tianguis y mercado que ha perdurado a lo largo de los siglos. Este mercado, uno de los más antiguos de Morelos, es un testimonio vivo del papel del pueblo como centro de intercambio desde la época colonial. La visita al convento se complementa con la inmersión en la dinámica de este mercado, especialmente los días de tianguis.
 
  • Tranquilidad y Autenticidad del Pueblo: Alejado de los circuitos turísticos masivos, Zacualpan de Amilpas ofrece una tranquilidad única y una experiencia de pueblo auténtica. Es un lugar donde el ritmo de vida es pausado, y se puede sentir la historia en cada calle empedrada. Esta serenidad permite una conexión más profunda con el sitio y su patrimonio.
 
  • Patrimonio UNESCO: Como parte de la Ruta de los Conventos, el Ex Convento de San Juan Bautista ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que subraya su valor universal excepcional y la importancia de su conservación.

 

Cómo llegar desde Cuernavaca 

 

 

 

Llegar a Zacualpan de Amilpas desde Cuernavaca implica un viaje que te lleva hacia el oriente del estado, atravesando paisajes rurales.

 

 

  • En Automóvil Particular: La ruta más común es tomar la Autopista México-Cuernavaca (95D) en dirección sur (hacia Acapulco) hasta llegar a la desviación hacia la Autopista La Pera – Cuautla (Libramiento de Cuernavaca). Una vez en esta autopista, continúa hasta la salida hacia Cuautla. Desde Cuautla, toma la carretera federal 160 en dirección a Yecapixtla. Después de pasar Yecapixtla, sigue las indicaciones para Zacualpan de Amilpas, el trayecto es de aproximadamente 20-30 minutos más desde Yecapixtla. El tiempo total de viaje desde Cuernavaca es de aproximadamente 1 hora y 30 minutos a 1 hora y 45 minutos, dependiendo del tráfico y las condiciones de la carretera. Hay opciones de estacionamiento en el centro del pueblo.
 
  • En Transporte Público: Desde la Terminal de Autobuses de Cuernavaca (Terminal Estrella Blanca o Pullman de Morelos), puedes tomar un autobús directo a Cuautla. El viaje dura entre 45 y 60 minutos. Una vez en la terminal de Cuautla, deberás tomar un colectivo (“combi”) o un taxi local que se dirija directamente a Zacualpan de Amilpas. Estos colectivos suelen salir con regularidad. El tiempo total de viaje puede oscilar entre 2 horas y 2 horas y 30 minutos, considerando los tiempos de espera y transbordo.

 

Gastronomía y actividades culturales relacionadas 


La visita al Ex Convento de San Juan Bautista en Zacualpan de Amilpas se enriquece con la auténtica experiencia de sus sabores y tradiciones:


  • Pan de Leña Tradicional: Zacualpan de Amilpas es famoso por su pan de leña, una delicia horneada en hornos de adobe que le confiere un sabor y una textura inigualables. Busca las panaderías locales para probarlo recién hecho, en sus variedades dulces o saladas. Es un bocado imperdible y un excelente souvenir.

  • Mezcal Artesanal: La región tiene una incipiente pero prometedora producción de mezcal artesanal. Algunos productores locales ofrecen degustaciones y venta de mezcal de agave silvestre, una bebida con un sabor único y un proceso de elaboración tradicional que vale la pena conocer.

  • Tianguis Dominical: Si tu visita coincide con un domingo, tendrás la oportunidad de sumergirte en el vibrante Tianguis Dominical de Zacualpan. Es uno de los mercados más grandes y antiguos de Morelos, donde encontrarás una vasta variedad de productos frescos de la región, artesanías, ropa, utensilios, y, por supuesto, una amplia oferta gastronómica local. Es una explosión de colores, olores y sonidos que te conecta directamente con la vida y las costumbres del pueblo.

  • Gastronomía Local Auténtica: Además del pan y el mezcal, Zacualpan ofrece una cocina morelense sencilla pero deliciosa. Podrás probar platillos tradicionales en las fondas y cocinas económicas, como el mole verde, clemole, cecina (aunque menos famosa que la de Yecapixtla, sigue siendo un platillo común) y antojitos mexicanos.

  • Fiestas Patronales y Celebraciones: La fiesta patronal de San Juan Bautista, que se celebra el 24 de junio, es un evento central en el calendario de Zacualpan. Durante esta festividad, el pueblo se llena de música, danza, procesiones, jaripeos y bailes populares. Es una oportunidad inmejorable para presenciar la devoción y la alegría de la comunidad. Otras celebraciones religiosas y cívicas también animan el ambiente a lo largo del año.

  • Exploración del Pueblo: Da un paseo por las calles empedradas de Zacualpan, admira las casas tradicionales con techos de teja y los murales que narran la historia local. El ambiente tranquilo y auténtico del pueblo invita a la exploración sin prisas.

 

Ex convento de San Mateo Apóstol y Evangelista, Atlatlahucan: La Austera Fortaleza de los Agustinos 

 

El Ex Convento de San Mateo Apóstol y Evangelista en Atlatlahucan se erige como una de las construcciones más sobrias y robustas de la Ruta de los Conventos de Morelos. Su fundación, atribuida a la orden de los frailes Agustinos alrededor de 1570, lo ubica en una etapa posterior a los primeros conventos de la región, lo que se refleja en una arquitectura más consolidada y, a menudo, con un enfoque más práctico y funcional. Los Agustinos, con su experiencia ya acumulada en la evangelización del centro de México, diseñaron este recinto para cumplir con múltiples propósitos en una zona de Morelos con comunidades indígenas importantes.

 

El contexto de su construcción es el de una Nueva España en proceso de afianzamiento, donde la evangelización se llevaba a cabo con un sentido de permanencia y organización. El convento de Atlatlahucan es un claro ejemplo del modelo de “convento fortaleza“, una característica común en las edificaciones monásticas del siglo XVI. Sus muros gruesos, su altura imponente y la ausencia de grandes vanos en la parte baja no solo ofrecían protección ante posibles revueltas indígenas o ataques, sino que también proyectaban la solidez y el poder de la Iglesia Católica en las nuevas tierras. Este diseño era una respuesta directa a las necesidades de seguridad y control territorial en una época de consolidación colonial.

 

La importancia evangelizadora de Atlatlahucan radicaba en su papel como centro de doctrina para las comunidades circundantes. Desde aquí, los frailes Agustinos se dedicaron a la enseñanza del cristianismo, la administración de los sacramentos y la organización de la vida social de los indígenas, implementando sistemas agrícolas y promoviendo la adaptación a las costumbres españolas. La comunidad indígena local, altamente organizada, fue fundamental en la construcción de esta mole de piedra, aportando mano de obra y conocimientos técnicos que se fusionaron con las ideas arquitectónicas europeas.

 

Qué ofrece hoy en día al turismo y por qué es tan especial 

 

 

El Ex Convento de San Mateo Apóstol y Evangelista de Atlatlahucan, aunque quizás menos conocido que otros de la ruta, ofrece una experiencia auténtica y una belleza particular para el visitante:

 

  • Diseño Austero y Robusto: Su principal característica es su diseño austero y robusto, que evoca la imagen de una fortaleza espiritual. A diferencia de otros conventos con fachadas más ornamentadas, Atlatlahucan impresiona por su solidez y simplicidad de líneas. Esta austeridad permite apreciar la pureza de la arquitectura mendicante del siglo XVI.
 
  • El Pozo Dentro del Claustro: Un elemento distintivo y fascinante es la presencia de un pozo dentro del claustro principal. Este pozo no solo proveía de agua a los frailes, sino que simbolizaba la pureza y la vida. Su existencia dentro del recinto conventual resalta la autarquía de estas comunidades monásticas y añade un toque pintoresco al recorrido.
 
  • Detalles en sus Frescos: Aunque algunos han sufrido el paso del tiempo, el convento aún conserva detalles notables en sus frescos y murales, especialmente en el claustro y en la sala capitular. Estas pinturas, a menudo en tonos ocres y terrosos, representan escenas bíblicas, figuras de santos o elementos decorativos que reflejan la iconografía de la época y la habilidad de los artistas. Su contemplación permite asomarse al universo simbólico que los frailes buscaban inculcar.
 
  • Tranquilidad del Entorno: Atlatlahucan es un pueblo que ha mantenido un ritmo de vida pausado y una atmósfera de tranquilidad. La visita al convento se beneficia de esta calma, permitiendo una experiencia más contemplativa y personal. Es un refugio ideal para quienes buscan alejarse del ajetreo y conectar con la historia en un ambiente sereno.
 
  • Patrimonio UNESCO: Como parte del conjunto de Monasterios del Siglo XVI en las Faldas del Popocatépetl, este convento es reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que garantiza su preservación y pone de manifiesto su valor cultural e histórico a nivel mundial.
 
  • Capilla Abierta Bien Conservada: Su capilla abierta, aunque sobria, está relativamente bien conservada y permite comprender la funcionalidad de estos espacios para la evangelización masiva al aire libre.

 

Cómo llegar desde Cuernavaca 


Llegar a Atlatlahucan desde Cuernavaca es un viaje que te lleva hacia la región de los Altos de Morelos, una zona de clima más templado y paisajes rurales.


  • En Automóvil Particular: La ruta más directa es tomar la Autopista México-Cuernavaca (95D) en dirección sur (hacia Acapulco) hasta la desviación hacia la Autopista La Pera – Cuautla (Libramiento de Cuernavaca). Una vez en esta autopista, continúa hasta la salida hacia Cuautla. Desde Cuautla, toma la carretera federal 115 que te llevará a Yecapixtla y, un poco más adelante, verás las desviaciones y señalizaciones hacia Atlatlahucan. El tiempo de viaje desde Cuernavaca es de aproximadamente 1 hora a 1 hora y 15 minutos, dependiendo del tráfico. Hay estacionamientos disponibles en los alrededores del centro.

  • En Transporte Público: Desde la Terminal de Autobuses de Cuernavaca (Terminal Estrella Blanca o Pullman de Morelos), puedes tomar un autobús directo a Cuautla. El viaje dura entre 45 y 60 minutos. Una vez en la terminal de Cuautla, deberás tomar un colectivo (“combi”) o un taxi local que se dirija hacia Atlatlahucan. Los colectivos suelen salir con regularidad. El tiempo total de viaje puede oscilar entre 1 hora y 30 minutos y 2 horas, considerando los tiempos de espera y transbordo.

 

Gastronomía y actividades culturales  relacionadas 

 

 

 

La visita al Ex Convento de Atlatlahucan se complementa con la exploración de la vida local y la gastronomía tradicional del pueblo:

 

 

 

 

  • Comida Tradicional Morelense: La gastronomía de Atlatlahucan se centra en la comida tradicional morelense. Podrás encontrar fondas y pequeños restaurantes que ofrecen platillos caseros como el mole verde de pepita, clemole de res o pollo, cecina, y una variedad de antojitos mexicanos como sopes, quesadillas y tlacoyos. La frescura de los ingredientes locales es una constante.
 
  • Dulces Típicos: La región es conocida por sus dulces típicos elaborados con frutas de temporada, como los ates de guayaba, tejocote o membrillo, y las cocadas o palanquetas de cacahuate. Son perfectos para un postre o un pequeño regalo.
 
  • Productos Agrícolas: Dada la vocación agrícola de la zona, podrás encontrar productos frescos de la tierra en el mercado local, como maíz, frijol, hortalizas y diversas frutas, dependiendo de la estación. Es una excelente oportunidad para apoyar a los productores locales.
 
  • Festividades Religiosas: Las festividades religiosas son el corazón de la vida cultural en Atlatlahucan. La principal es la fiesta de San Mateo Apóstol y Evangelista, celebrada el 21 de septiembre, con misas, procesiones, bailes populares (incluyendo chinelos), jaripeos, música y fuegos artificiales. Otras celebraciones como la Semana Santa o el Día de Muertos también se viven con gran fervor y ofrecen una visión auténtica de las tradiciones locales.
 
  • Recorridos por el Pueblo: Dedica tiempo a caminar por las tranquilas calles de Atlatlahucan, admirando las casas coloniales y el ambiente apacible. El pueblo ofrece una experiencia de turismo rural que complementa la visita al convento.

 

 

Ex convento de Santiago Apóstol, Ocuituco: La serenidad de los primeros Agustinos

 

 

El Ex Convento de Santiago Apóstol en Ocuituco es una de las joyas más tempranas y menos alteradas de la Ruta de los Conventos en Morelos, lo que le confiere un valor histórico y arquitectónico excepcional. Su construcción, iniciada por la orden de los frailes Agustinos alrededor de 1534, lo sitúa como uno de los primeros conventos de la ruta y de los más antiguos de la Nueva España. Los Agustinos, con una visión audaz para la evangelización, eligieron Ocuituco como un punto estratégico para su expansión hacia el oriente del actual estado de México y la zona de los volcanes, estableciendo aquí una de sus primeras bases de operación.

 

 

El contexto de su edificación es el de los albores de la evangelización, una época de gran desafío y experimentación. Los Agustinos llegaron con la misión de convertir a las poblaciones indígenas y establecer nuevas estructuras sociales y religiosas. La arquitectura sobria del convento de Ocuituco es testimonio de esta primera fase: una funcionalidad primaba sobre el ornamento excesivo. Las formas son robustas, pensadas para resistir el tiempo y proyectar solidez, pero también para ser construidas con los recursos y técnicas disponibles en ese momento. El convento, como otros de su tipo, no solo era un lugar de culto; funcionaba como centro administrativo, escuela, hospital y albergue, sirviendo como un pilar fundamental para la organización de la vida colonial.

 

 

La ubicación de Ocuituco en una zona de tierras fértiles y abundante agua lo convirtió en un asentamiento agrícola importante, lo que contribuyó a la autosuficiencia del convento y a la capacidad de los frailes para sostener su labor evangelizadora. La relación con las comunidades indígenas locales fue compleja y en constante evolución, con el convento sirviendo como un punto de encuentro y, a veces, de tensión, entre dos culturas en proceso de fusión. Su antigüedad y el relativo aislamiento del pueblo han permitido que el convento conserve gran parte de su esencia original, ofreciendo una ventana auténtica a la vida del siglo XVI.

Qué ofrece hoy en día al turismo y por qué es tan especial 

 

 

El Ex Convento de Santiago Apóstol en Ocuituco es un destino para aquellos que buscan una experiencia más íntima y auténtica en la Ruta de los Conventos:

 

  • Antigüedad y Conservación: Lo que hace a Ocuituco tan especial es su antigüedad y el extraordinario estado de conservación de sus elementos originales. Al ser uno de los primeros, permite apreciar de forma más directa la arquitectura mendicante inicial del siglo XVI. Muchos de sus detalles estructurales y decorativos permanecen inalterados, ofreciendo una ventana única al pasado.
 
  • Belleza de su Atrio y Capillas Posas: El atrio del convento es amplio y sereno, ideal para la contemplación. Las capillas posas, ubicadas en las esquinas del atrio, son elementos arquitectónicos de gran valor, utilizados para el descanso del Santísimo Sacramento durante las procesiones y para la catequización al aire libre. En Ocuituco, estas capillas están relativamente bien conservadas y muestran detalles interesantes.
 
  • La Calma del Pueblo: Ocuituco es un pueblo pequeño y apacible que ha conservado su ritmo de vida tradicional. La calma del pueblo se contagia al visitante, permitiendo una experiencia de inmersión en un ambiente rural y auténtico. Es un respiro del ajetreo de las grandes urbes y un lugar para disfrutar de la tranquilidad.{
 
  • Autenticidad de la Experiencia: Al ser menos concurrido que otros conventos de la ruta, Ocuituco ofrece una autenticidad de la experiencia. Los visitantes pueden explorar el convento a su propio ritmo, interactuar con los habitantes locales y sentir una conexión más genuina con la historia y el patrimonio.
 
  • Claustro y Sala Capitular: El claustro del convento, aunque sobrio, invita a la reflexión. En la sala capitular y otras dependencias, se pueden apreciar vestigios de frescos y elementos arquitectónicos que dan cuenta de la vida monástica y la labor de los frailes agustinos.
 
  • Patrimonio UNESCO: Este convento forma parte de los Monasterios del Siglo XVI en las Faldas del Popocatépetl, un sitio reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que valida su importancia histórica y cultural a nivel mundial y asegura su protección.

 

Cómo llegar desde Cuernavaca 

 

 

Llegar a Ocuituco desde Cuernavaca implica un recorrido por carretera que te lleva hacia la región de los Altos de Morelos, similar a la ruta hacia Tetela del Volcán.

 

 

  • En Automóvil Particular: La ruta más común es tomar la Autopista México-Cuernavaca (95D) en dirección norte. Luego, toma la desviación hacia el Libramiento de Cuernavaca que te lleva hacia la salida a Cuautla. Una vez en el libramiento, busca la salida hacia Tepoztlán / Oaxtepec / Yecapixtla. Deberás tomar la carretera federal 113 que atraviesa Tepoztlán y Oaxtepec. Desde Oaxtepec, sigue las indicaciones hacia Amecameca o los pueblos de los Altos de Morelos (Tetela del Volcán, Zacualpan de Amilpas). Ocuituco se encuentra en esta misma región. Es aconsejable usar un GPS o mapas para asegurar las desviaciones correctas. El tiempo de viaje desde Cuernavaca es de aproximadamente 1 hora y 15 minutos a 1 hora y 30 minutos, dependiendo del tráfico y las condiciones de la carretera. Hay estacionamientos en el centro del pueblo.
 
  • En Transporte Público: Desde la Terminal de Autobuses de Cuernavaca (Terminal Estrella Blanca o Pullman de Morelos), puedes tomar un autobús directo a Oaxtepec. El viaje dura entre 45 y 60 minutos. Una vez en Oaxtepec, deberás tomar un colectivo (“combi”) que se dirija hacia los pueblos de los Altos de Morelos, específicamente hacia Ocuituco o pasando por él. Es importante preguntar al conductor para confirmar la ruta. El tiempo total de viaje puede oscilar entre 1 hora y 45 minutos y 2 horas y 15 minutos, incluyendo los tiempos de espera y trasbordo.

 

Gastronomía y actividades culturales  relacionadas 


La visita al Ex Convento de Santiago Apóstol en Ocuituco se complementa con una inmersión en la vida rural y la gastronomía local:


  • Productos Agrícolas Locales: Ocuituco, al estar en una zona fértil, es conocido por sus productos agrícolas locales frescos. En el mercado y en pequeños puestos, podrás encontrar frutas de temporada, hortalizas y productos de la región, que reflejan la riqueza de la tierra.

  • Comida Casera Morelense: La gastronomía del pueblo se centra en la comida casera y tradicional morelense. Encontrarás pequeñas fondas que ofrecen platillos como el mole, clemole, sopas locales y antojitos mexicanos elaborados con recetas auténticas y sabor casero.

  • Productos de Panadería Tradicional: Busca las pequeñas panaderías que a menudo elaboran pan de forma artesanal, siguiendo recetas que han pasado de generación en generación. El aroma a pan recién horneado es una delicia.

  • Festividades Patronales: La fiesta patronal de Santiago Apóstol, celebrada el 25 de julio, es el evento más importante en Ocuituco. Durante esta festividad, el pueblo se llena de color con procesiones, misas, bailes populares (especialmente los Chinelos, si la tradición lo permite), música, jaripeos y verbenas. Es una excelente oportunidad para experimentar la devoción y la alegría de la comunidad.

  • Exploración del Pueblo: Recorre las tranquilas calles de Ocuituco, observa la arquitectura tradicional de las casas, y sumérgete en el ambiente de un pueblo que vive al ritmo de sus costumbres ancestrales. La cercanía a paisajes naturales de la región de los volcanes también permite paseos cortos para apreciar el entorno.

 

 

Ex convento de San Guillermo, Totolapan 

 

El Ex Convento de San Guillermo en Totolapan se erige como una joya arquitectónica de la Ruta de los Conventos de Morelos, reflejo de la visión y el legado de la orden de los frailes Agustinos. Su construcción se inició en la primera mitad del siglo XVI, aproximadamente en 1536, poco después de la llegada de los primeros agustinos a la región. Totolapan, un nombre que en náhuatl significa “sobre el agua de las aves” o “en el río de los pájaros”, era un asentamiento indígena con una rica tradición cultural y una ubicación estratégica en el centro de Morelos, lo que lo convirtió en un punto clave para la evangelización agustina.

 

Los Agustinos, conocidos por su profunda dedicación a la vida monástica y su expansión en el centro y sur de México, establecieron en Totolapan un complejo conventual que no solo serviría como centro de culto, sino también como eje de la vida social y económica de la comunidad indígena. El contexto de su construcción estuvo marcado por el desafío de integrar dos cosmovisiones distintas: la fe católica traída por los españoles y las arraigadas creencias prehispánicas. Los frailes tuvieron la pericia de adaptar las prácticas evangelizadoras, utilizando el atrio como espacio para las misas al aire libre y las capillas posas para las procesiones, facilitando así la asimilación del nuevo credo.

 

Lo que distingue al convento de Totolapan dentro de la arquitectura agustina es la atención al detalle y la búsqueda de una estética más refinada en ciertos elementos. Aunque comparte la robustez de las construcciones mendicantes del siglo XVI, propia de la época de consolidación colonial, el convento de San Guillermo destaca por su notable equilibrio y armonía. La arquitectura general del complejo, con su sólido templo y su claustro, fue diseñada para proyectar la permanencia y la autoridad de la nueva fe, mientras que sus elementos decorativos, a menudo tallados por manos indígenas bajo la supervisión de los frailes, narran la fusión de culturas y la capacidad de expresión artística de la época.

 

 

Qué ofrece hoy en día al turismo y por qué es tan especial 

 

 

El Ex Convento de San Guillermo en Totolapan es un destino que ofrece una combinación única de belleza arquitectónica, arte sacro y un ambiente de profunda serenidad:

 

 

  • Su Torre Campanario: Sin duda, el elemento más sobresaliente del convento de Totolapan es su torre campanario. Considerada por muchos como una de las más bellas y armónicas de la Ruta de los Conventos, su diseño elegante y proporcionado la distingue de otras torres más robustas o austeras. Su contemplación es un deleite visual y un testimonio de la maestría de los constructores agustinos.
 
  • Capillas Posas: El convento conserva cuatro capillas posas en las esquinas de su atrio, elementos arquitectónicos fundamentales para las procesiones y la evangelización masiva. Estas pequeñas edificaciones, con sus propios detalles arquitectónicos y a menudo vestigios de pintura mural, son una ventana a las prácticas religiosas del siglo XVI y ofrecen una perspectiva única sobre cómo se desarrollaba la fe en ese entonces.
 
  • Arte Sacro en su Interior: El interior del templo y de algunas dependencias del claustro aún albergan valioso arte sacro, incluyendo vestigios de frescos que adornaron los muros. Estos murales, aunque algunos han sufrido el deterioro del tiempo, ofrecen valiosas pistas sobre la iconografía religiosa de la época y la habilidad artística de quienes los crearon. La pila bautismal monolítica y el retablo principal, aunque quizás no los originales, también son elementos de gran interés.
 
  • Arquitectura y Claustro: La arquitectura del convento en su conjunto es impresionante, con una mezcla de estilos que reflejan las influencias europeas y la adaptación local. Su claustro, de gran belleza y bien conservado, invita a la introspección y a la admiración de sus arquerías y de la tranquilidad del patio central. Es un espacio ideal para sentir la atmósfera monástica de antaño.
 
  • Patrimonio UNESCO: Al igual que los demás conventos de la Ruta, el Ex Convento de San Guillermo forma parte del conjunto de Monasterios del Siglo XVI en las Faldas del Popocatépetl, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este estatus internacional subraya su valor universal excepcional y garantiza su protección y preservación.
 
  • Tranquilidad del Pueblo: Totolapan es un pueblo que ha mantenido su encanto y su ritmo de vida pausado. La visita al convento se beneficia de esta tranquilidad del entorno, permitiendo una experiencia más personal y profunda, alejada del bullicio turístico.

 

Cómo llegar desde Cuernavaca 


Llegar a Totolapan desde Cuernavaca es un viaje relativamente fácil y pintoresco, que te lleva hacia el oriente del estado.


  • En Automóvil Particular: La ruta más directa es tomar la Autopista México-Cuernavaca (95D) en dirección sur (hacia Acapulco) hasta la desviación hacia la Autopista La Pera – Cuautla (Libramiento de Cuernavaca). Una vez en esta autopista, continúa hasta la salida hacia Cuautla. Desde Cuautla, toma la carretera federal 160 que te lleva hacia Yecapixtla y Zacualpan de Amilpas. Unos kilómetros después de Yecapixtla, encontrarás las indicaciones y desviaciones hacia Totolapan. El tiempo de viaje desde Cuernavaca es de aproximadamente 1 hora y 10 minutos a 1 hora y 20 minutos, dependiendo del tráfico. Hay estacionamientos disponibles en los alrededores del centro.

  • En Transporte Público: Desde la Terminal de Autobuses de Cuernavaca (Terminal Estrella Blanca o Pullman de Morelos), puedes tomar un autobús directo a Cuautla. El viaje dura entre 45 y 60 minutos. Una vez en la terminal de Cuautla, deberás tomar un colectivo (“combi”) o un taxi local que se dirija hacia Totolapan. Estos colectivos suelen salir con regularidad. El tiempo total de viaje puede oscilar entre 1 hora y 45 minutos y 2 horas 15 minutos, incluyendo los tiempos de espera y trasbordo.

 

 

Gastronomía y actividades culturales relacionadas

 

 

La visita al Ex Convento de San Guillermo en Totolapan se complementa con la exploración de las delicias culinarias y las actividades culturales que ofrece este pintoresco pueblo:

 

  • Miel y Productos Apícolas: Totolapan es conocido por su tradición en la apicultura. Podrás encontrar y degustar miel pura de abeja y una variedad de productos apícolas como polen, propóleo y jalea real. La miel de Totolapan es reconocida por su calidad y sabor, siendo un excelente producto local para llevar a casa.
 
  • Comida Tradicional Morelense: En las fondas y pequeños restaurantes del pueblo, podrás disfrutar de la comida tradicional morelense con un auténtico sabor casero. Platillos como el mole, clemole, cecina, pipián y una variedad de antojitos mexicanos forman parte de la oferta gastronómica. La frescura de los ingredientes de la región es palpable.
 
  • Actividades Agrícolas y Frutales: La región de Totolapan es predominantemente agrícola. Si tienes la oportunidad, explora las áreas circundantes para apreciar las actividades agrícolas y los cultivos que sustentan a la comunidad. Dependiendo de la temporada, podrás encontrar frutas frescas de la región en los mercados locales.
 
  • Festividades Patronales: Las festividades religiosas son el corazón de la vida cultural de Totolapan. La principal es la fiesta de San Guillermo, que se celebra el 10 de febrero, con misas, procesiones, música, bailes populares (incluyendo la colorida danza de los chinelos, tan arraigada en Morelos), jaripeos y ferias. Estas festividades ofrecen una ventana vibrante a las tradiciones y la devoción de la comunidad.
 
  • Paseo por el Pueblo: Dedica tiempo a caminar por las tranquilas calles de Totolapan, observando las casas con arquitectura tradicional y el ambiente apacible. El pueblo invita a un paseo relajado y a la interacción con sus habitantes, que a menudo son amables y acogedores.

 

Ex convento de San Andrés Apóstol Hueyapan 


El Ex Convento de San Andrés Apóstol en Hueyapan se alza en las cumbres de Morelos, siendo el convento más elevado de la Ruta de los Conventos y uno de los mejor conservados. Fundado por la orden de los frailes Agustinos entre 1537 y 1538, su construcción es testimonio de la ambición y la tenacidad evangelizadora en las regiones más remotas de la Nueva España. Hueyapan, cuyo nombre náhuatl significa “sobre el gran río”, era un asentamiento indígena enclavado en la sierra, un punto estratégico por su población y su cercanía a las rutas que conectaban el Altiplano Central con el Valle de Morelos.


El contexto de su edificación está profundamente marcado por la cercanía al Popocatépetl, un elemento natural de inmenso poder y significado en la cosmovisión prehispánica. Los Agustinos, al establecerse tan cerca del volcán, no solo buscaban la conversión espiritual, sino también la domesticación simbólica de un paisaje sagrado para los indígenas. La arquitectura del convento refleja esta audacia: sus muros son masivos y robustos, diseñados para resistir no solo el tiempo y las inclemencias climáticas de la altura, sino también para proyectar una imagen de fortaleza inquebrantable frente a las creencias ancestrales.


Las técnicas de construcción empleadas en Hueyapan son particularmente interesantes. Se utilizaron materiales locales, como la piedra volcánica, y se incorporaron conocimientos de los constructores indígenas, resultando en una fusión de estilos que es palpable en sus elementos arquitectónicos y decorativos. Como todos los conventos mendicantes, San Andrés Apóstol no solo era un lugar de culto; funcionó como un centro integral de vida, incluyendo escuela, hospital y albergue para los viajeros que transitaban por estas difíciles rutas de montaña. La autosuficiencia era clave en esta zona, y el convento se convirtió en el eje de la vida social, económica y religiosa de la comunidad.

 

 

Qué ofrece hoy en día al turismo y por qué es tan especial 

 

El Ex Convento de San Andrés Apóstol en Hueyapan es un destino excepcional que ofrece una experiencia de inmersión en la historia y la naturaleza:

 

  • Vistas Panorámicas Impresionantes: Gracias a su posición privilegiada como el convento más elevado, ofrece vistas panorámicas espectaculares de los valles circundantes y, en días claros, del majestuoso volcán Popocatépetl. La contemplación de este paisaje desde los atrios y terrazas del convento es una experiencia inolvidable y una oportunidad única para la fotografía.
 
  • Construcción Única y Austera: Su construcción única se caracteriza por una solidez y austeridad que lo hacen destacar. El convento de Hueyapan es un testimonio de la ingeniería del siglo XVI adaptada a las condiciones montañosas. Sus gruesos muros y su estructura compacta transmiten una sensación de permanencia y resistencia al tiempo.
 
  • Conservación de sus Frescos: Es especialmente conocido por la notable conservación de sus frescos y murales en el interior del templo y, particularmente, en el claustro. Estas pinturas murales, que datan del siglo XVI, representan escenas bíblicas, la vida de los santos o motivos decorativos, y son una joya del arte sacro novohispano. Su excelente estado permite una inmersión profunda en la iconografía y el estilo artístico de la época.
 
  • Experiencia Rural y Auténtica: Hueyapan es un pueblo que ha mantenido un carácter rural y auténtico. La visita al convento se complementa con una experiencia rural y auténtica, alejada de las aglomeraciones turísticas. Permite al visitante conectar con la vida sencilla del campo morelense y con la calidez de sus habitantes.
 
  • Patrimonio UNESCO: Como parte del conjunto de Monasterios del Siglo XVI en las Faldas del Popocatépetl, el Ex Convento de San Andrés Apóstol está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este estatus internacional valida su importancia histórica y cultural a nivel global y asegura su protección y preservación para las futuras generaciones.
 
  • Atrio y Capillas Posas: El atrio es amplio y el convento conserva vestigios de sus capillas posas, elementos cruciales para las procesiones y la catequización al aire libre durante la evangelización masiva.

 

 

Cómo llegar desde Cuernavaca 

 

 

Llegar a Hueyapan desde Cuernavaca requiere un viaje por carretera de montaña, que, aunque ofrece paisajes espectaculares, puede tener tramos más sinuosos y demandantes.

 

  • En Automóvil Particular: La ruta más directa es tomar la Autopista México-Cuernavaca (95D) en dirección norte. Luego, toma la desviación hacia el Libramiento de Cuernavaca que te lleva hacia la salida a Cuautla. Una vez en el libramiento, busca la salida hacia Tepoztlán / Oaxtepec / Yecapixtla. Deberás tomar la carretera federal 113 que atraviesa Tepoztlán y Oaxtepec. Desde Oaxtepec, sigue las indicaciones hacia los pueblos de los Altos de Morelos, como Tetela del Volcán. Hueyapan se encuentra más allá de Tetela del Volcán, en las faldas de los volcanes. Es crucial utilizar un GPS actualizado y considerar que la carretera puede tener curvas pronunciadas y ascensos. El tiempo de viaje desde Cuernavaca es de aproximadamente 1 hora y 45 minutos a 2 horas, dependiendo de las condiciones del tráfico y de la carretera de montaña. Hay estacionamientos limitados en el pueblo, cerca del convento.
 
  • En Transporte Público: Desde la Terminal de Autobuses de Cuernavaca (Terminal Estrella Blanca o Pullman de Morelos), puedes tomar un autobús directo a Oaxtepec. El viaje dura entre 45 y 60 minutos. Una vez en Oaxtepec, deberás tomar un colectivo (“combi”) o un taxi local que se dirija hacia Tetela del Volcán. Desde Tetela del Volcán, puede que necesites tomar otro colectivo o un taxi local que te lleve a Hueyapan, ya que la frecuencia de transporte directo a Hueyapan es menor. El tiempo total de viaje puede oscilar entre 2 horas y 30 minutos y 3 horas, incluyendo los tiempos de espera y transbordo. Es aconsejable verificar horarios de regreso, especialmente si se planea una visita de un día.

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Gastronomía y actividades culturales realcionadas 

 

 

La visita al Ex Convento de San Andrés Apóstol en Hueyapan se enriquece con la inmersión en la cultura de la sierra y sus productos auténticos:

 

  • Productos de la Sierra: Hueyapan se encuentra en una zona de alta montaña, lo que se traduce en una gastronomía y una oferta de productos únicos. Podrás encontrar productos de la sierra como setas, hongos silvestres (en temporada de lluvias), frutas de clima frío como capulines o tejocotes, y, en ocasiones, plantas medicinales.
 
  • Textiles de Lana: Una de las actividades artesanales más arraigadas en Hueyapan es la elaboración de textiles de lana. Podrás encontrar hermosos sarapes, gabanes, bufandas y otras prendas tejidas a mano por artesanos locales, que mantienen viva una tradición ancestral. Son excelentes souvenirs y un reflejo de la cultura local.
 
  • Comida Tradicional Rústica: La cocina de Hueyapan es sencilla pero reconfortante, basada en ingredientes frescos de la región. Podrás probar platillos como el mole de olla, sopas de hongos, tamales de frijol o elotes, y caldos que te calentarán en el clima de altura. Busca las pequeñas fondas o cocinas económicas para una experiencia auténtica.
 
  • Ecoturismo y Senderismo: Dada su ubicación en un entorno montañoso, Hueyapan es un punto de partida ideal para actividades de ecoturismo y senderismo. Hay senderos que te llevan a través de bosques de pino y oyamel, ofreciendo la oportunidad de observar aves y flora local. Es fundamental consultar a guías locales si planeas adentrarte en la sierra.
 
  • Panadería Artesanal: El pan de Hueyapan, a menudo horneado en hornos de leña, es una delicia que no puedes dejar de probar. Sus galletas y bizcochos tienen un sabor único y tradicional.
 
  • Fiestas Patronales: La fiesta patronal de San Andrés Apóstol, celebrada el 30 de noviembre, es un evento importante en Hueyapan. Se realizan misas, procesiones, bailes tradicionales y otras actividades que permiten al visitante experimentar la devoción y la vida comunitaria del pueblo.
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